Washington, 1 oct (PL) Científicos estadounidenses descubrieron un marcador cerebral asociado con la agresividad en niños incapaces de detectar cambios en algunas señales sociales lúdicas que interpretan como hostiles.
Como parte de un estudio de especialistas de la Universidad de Iowa, publicado hoy el Journal of Child Psychology and Psychiatry, la onda cerebral P3 registrada en infantes de entre dos y tres años y hallaron que quienes tenían picos pequeños cuando se enfrentaban con un cambio situacional, eran más agresivos que aquellos que registraban crestas mayores.
Isaac Petersen, autor del estudio, destacó que la onda P3 es parte de una serie de ondas cerebrales generadas cuando un individuo evalúa y responde a un cambio en el entorno, por eso lo identifican como un indicar clave en la agresión, además de estar asociado con la depresión y la esquizofrenia.
Para las pruebas, los investigadores reclutaron a 153 niños pequeños y, en sesiones individuales, equiparon a cada uno con una red de sensores de cabeza que midieron la actividad de la onda cerebral, mientras observaban animados sin sonido en una televisión, el tono cambiaba, y fue así que los investigadores midieron la onda cerebral P3.
Según Petersen la diferencia en los picos de P3 en niños agresivos y no agresivos fue estadísticamente significativa, y el efecto fue el mismo para los pequeños de ambos sexos.
Identificar en una etapa temprana la predisposición a la agresividad en los niños es objetivo de esta investigación que pretende, además, ayudarlos a contener esos impulsos antes de la adolescencia.
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